por el Maestro Antonio Chavanel.
Edgar Allan Poe, en sus "Sátiras del Obispo Hall", escribió: "El primer acto de mi vida, fue el de agarrarme la nariz con ambas manos. Mi madre, al verme, consideró que era un genio; mi padre se puso a llorar de alegría y me regaló un tratado de nasología." Y así continúa, durante cinco páginas, convirtiendo a la nariz en el eje central de una extravagante sociedad nasocéntrica. Durante mis años de infancia, ese relato para mí era nada menos que una vacilada que Poe pudo haber creado en sus delirios etílicos.
Cuando ví la película "A star is born" (2018) o como se le conoció en español, "Nace una estrella", comprendí por fin en su totalidad el relato de Poe. Pero vayamos por partes. El director, actor y probablemente el único que disfrutó esta aberración es Bradley Cooper. Más conocido por darle voz a una mofeta humanoide en una disparatada saga que creo que se llama "Los protectores de las galaxias". Y al igual que esa mofeta, lo que emana de él APESTA. Hubo un momento en el cine en el que creí que la gente a mis alrededores era la que profería semejantes humores. Pero cuando me enviaron la película para verla en exhibición privada, noté que el tremendo hedor persistía.
Desconozco si el aroma ya es parte del señor Cooper o lo desarrolló para su interpretación de un musiquillo de rancheras gringas o como suelen llamarle, "country" con problemas de bebida. Si es así, entonces hablamos del primer actor cuya interpretación es una experiencia sensorial. Olfativa en este caso.
Su pareja amorosa, es una cantorcilla de música popular. Una de esas encueratrices venidas a más, que impresiona a los villamelones luciendo lencería en el escenario mientras pega horripilantes gritos. "Potencia vocal" le llaman los desinformados. Leidy Goo Goo dice llamarse. El por qué es un misterio. Y el por qué "actúa" en esta película, es un misterio aún más profundo. Esta porquería (la película) es una telenovela venida a más, de un famoso que se enamora de una meserilla que canta en un antrillo de vestidas. Previsiblemente, resulta que la carrera(?) de ella sobresale más que la de él. Pero toda esta anécdota pasa a segundo término ante la disertación de narices a la que somos sometidos. En un punto, el personaje de Cooper le dice al de leidy goo goo: "deberían poner tu nariz en un espectacular. Sólo así le harían justicia". Señor Cooper: ese comentario NO es gracioso ni abona NADA a su película. Cualquier persona con capacidades visuales más o menos decorosas puede notar que la señorita Goo goo es una nariz con patas. Supongo que quisieron darle "naturalidad" a esta telenovela cursi y sobrada de musicales que luce como vehículo promocional de la señora Goo goo. Si usted es oligofrénico, aplaudidor de la 4T, o le gusta la melcocha, deleitese con esta marranada fílmica. De lo contrario, absténgase!.
