Por el Licenciado Rafa Salmerón.
Don Pedro, de 74 años padece diabetes mellitus, reside en el municipio de Chalco, en el Estado de México, desde hace 30 años sufre dolores de espalda intensos, producto de una caída cuando realizaba su trabajo, su trabajo consiste en ser enterrador y velador en su municipio, en el panteón municipal Valle de Chalco. Sin embargo, Pedro no nació en el Estado de México, nació en Zapotitlán, Guerrero, pero junto con sus padres y sus 6 hermanos, Pedro a sus 11 años se fue al Estado de México con su familia a Chalco, gracias a que su casa se derrumbó por el terremoto de 1957, desde ese año Pedro no habia sentido tanto miedo, abandono y desfortuna... Hasta ahora.
"Conozco Chalco, conozco a su gente, crecí con gente de aquí, jugábamos juntos, vi a muchos hacerse padres, a muchas madres, padres, abuelos morir aquí, pero no hubo nada mas doloroso como este año, desde que llego (el coronavirus) mucha gente murió, tuve que enterrar a conocidos, a vecinos, pero lo mas doloroso fue cuando murió uno de mis hijos... El menor de los 5, a uno ya me lo habían matado hace 1 año, pero el menor murió por el covid, no podia respirar, y cuando lo lleve a la clínica todavía estaba bien, 2 días después de que lo internaron, me notificaron que murió y ya no pude hacer nada, lo tuve que enterrar yo mismo"
También, nos comenta que al principio habia mucho la duda, incluso la burla, pero que hoy hay dolor:
"Mucha gente que yo conocía murió: los tres hermanos de las Carnitas del mercado, otro amigo mio que tenia aqui su verduleria, se iba a surtir a la central de abastos y murió, en la colonia vecina, la Daniel Martinez, murió el hijo del tendero, pero antes murio su mamá, yo no creía en el virus, pero si existe, se acabo llenando el panteon."
Para finalizar, Pedro nos comenta que incluso el gobierno municipal compró una hectárea de campo para agrandar el cementerio:
"Muchos decian que no existia, que era un invento del gobierno o que no pasaba nada, se seguía poniendo el tianguis, la gente seguia haciendo fiestas, pero todo fue cambiando poco a poco, empezaban a sonar algunos fallecimientos, empezaron a fallecer conocidos, pedían tanques de oxigeno, o veias casas en colonias vecinas con moños negros, estuvo tan fuerte todo esto que hasta el gobierno compro un terrenito para agrandar el panteón
Pedro se despide, con los ojos rojos, continua su jornada del día, lleva consigo su morral, un pico desgastado en una mano, y una botella de refresco a medio tomar en la otra.
Nunca antes nos habiamos sentido tan ignorados, tan lastimados como ahora, van ya 14 miembros del personal medico que se enferman o fallecen, tenemos que trabajar en condiciones antihigiénicas que incluso estan en contra de la normativa internacional de la propia OMS, no nos mandan material y al ser un virus altamente contagioso tenemos que reemplazar material con frecuencia para no contagiar o contagiarnos, pero sin material ¿Qué podemos hacer? Solamente no podemos parar para poder seguir ayudando a aliviar a los contagiados
Tuvimos que parar la entrevista debido a que entró un supervisor y de manera déspota y arrogante nos dijo que no podíamos estar en una sala medica como pretexto y dijo que si no nos íbamos iba a llamar a las autoridades. Evidentemente sufrimos censura.




