Por el Licenciado Alberto Godoy Musso.
Domingo, 2 de la tarde, Mario y yo quedamos de reunirnos para la charla, yo puse el lugar, un sitio el cual es especial para Mario; El charco de las ranas, es un restaurante afamado y colorido de la Ciudad de México, en la espera pedí tres tacos y un agua de tamarindo, ambos desabridos, aunque la atención de Luis, un paisano Santafesino me alegro la espera.
Llega Mario, con una sonrisa de oreja a oreja y un estrechón de manos firme.
Alberto Godoy Musso (AGM): Buenas tardes Mario o como le dicen los pibes; Mayito. Es un honor, figura mítica de la televisión mexicana, ícono del baile y el entretenimiento. Contáme, ¿cómo te has sentido después de que los reflectores de la televisión te soltaron un rato?
Mario Bezares (MB): ¡Qué gusto, Alberto! Pues mira, aquí ando, más relajado que un maniquí en día de descanso. Ya sabes, el showbiz no me dejó, pero me di mi tiempo para filosofar, prepararme para mi regreso triunfal en Televisa y, claro, seguir practicando mi “Gallinazo” en la intimidad de mi sala. Nunca se sabe cuándo habrá una emergencia en la pista de baile, hermano.
El mesero se acerca, Mario pide unas enchiladas verdes y un café.
AGM: ¡Por supuesto, el Gallinazo! Un ícono del movimiento corporal y probablemente, me atrevo a decir, el último gran aporte cultural de México. Ahora bien, Mayito, hablemos de temas serios. ¿Qué me puedes decir sobre el ascenso de China como superpotencia?
El gran Mayito me sonrío, abriendo los ojos, nos interrumpe el mesero quien llego con su orden, del bolsillo de su camisa, Mario saca una bolsa transparente con polvos blancos.
MB: ¿No quieres?
Negue con la cabeza, pensando que era splenda para su café, Mario abrió la bolsa y de su mano inhalo ese polvo, la mitad de la bolsita, se la guarda y sacude el resto de aquel polvo energetico en sus enchiladas, noto a Mario más entusiasta con la entrevista.
MB: Uy, hermanito, ese tema me apasiona. Mira, la cosa con los chinos es que lo han hecho muy bien, pero nadie habla de su verdadera arma secreta: ¡el feng shui! Yo siempre lo he dicho, Alberto, si alineas bien tus muebles, el poder mundial viene solito. Lo aprendí cuando moví el sillón de mi casa dos metros a la derecha, y ¡pum! me ofrecieron La Casa de los Famosos. ¡Fue un fenomeno, un madrazote! Me apasione con todo eso, mano y ahí lo tienes, los pinches chinos están dominando el mundo solo porque acomodan sus escritorios en diagonal. ¡Im-pa-ra-ble!
Mario, emocionado, golpeaba la mesa con la palma de la mano, me contagió su energía, su armonía.
AGM: Fascinante teoría. Creo que los analistas del Economist se lo están perdiendo. ¿Y qué opinas de la llegada de Claudia Sheinbaum a la presidencia? ¿Crees que afecte el feng shui de Palacio Nacional?
MB: ¡Uf! Ahí sí me pones en aprietos, Alberto. Mira, a mí la Claudia esa me cae bien, pero no sé si está respetando los principios básicos del feng shui presidencial. He escuchado rumores de que tiene la silla presidencial pegada a la pared, ¡y eso es gravísimo! Eso te corta las energías de liderazgo. Le recomendaría que la mueva al centro de la habitación, para que fluya la buena vibra. Si no, ya sabes, empiezan a pasar cosas raras, como que el Internet te va lento o que se te atraviesan periodistas argentinos incómodos y medio pendejos a hacerte preguntas como tu bien comprenderás.
AGM: Me va lento el Internet solo de pensarlo. Ahora, hablemos de temas más personales, Mayito. Tú fuiste una figura clave con Paco Stanley, shows revolucionarios para su época. ¿Cómo has visto la evolución de la televisión mexicana desde entonces? ¿Te sorprende la popularidad de las mañaneras presidenciales? ¿No te parecen, en el fondo, una suerte de “Pácatelas” político?
MB: ¡Exacto! ¡Me leíste la mente! Las mañaneras son como un Pácatelas pero con más rating, ¡y sin las caídas cómicas! Ahí tienes un set simple, pedorro, el presidente al centro, ¡y de repente pum!, le avientan una pregunta incómoda, ¡y pácatelas! Pero te soy sincero, extraño los tiempos en que podías resolver las cosas con un buen pastelazo en la cara, un albur o un Gallinazo bien colocado. Imagínate, ¿no sería poca madre ver al presidente resolver una crisis con un pastelazo bien dado? Es diplomacia suave, pero efectiva.
AGM: ¡Eso sería una revolución en la política exterior! Vos imagina una cumbre entre presidentes con pastelazos en lugar de sanciones económicas. Ahora, para ir cerrando, querido Mayito, ¿qué consejo le darías a las nuevas generaciones de políticos, o a los que aspiran a algún día llegar a la presidencia?
Mario, cual visionario de nueva cuenta sonrío, vio para afuera y sacó de su bolsillo la misma bolsa, esta vez tiro todo ese polvo en su mano, inhalando todo de golpe, todo el se cimbró, tembló estremecido, tiro el restante de ese misterioso polvo en su café y me respondió, poniéndose de pie.
MB: Uf, mira, el consejo es simple: no pierdan nunca la capacidad de improvisar, ¡y de bailar! Un político que no sepa mover el bote está perdido, te lo digo yo. Ah, y también, si las cosas se ponen feas, nunca subestimen el poder de hacer el Gallinazo frente a las cámaras. Es algo que desarma a cualquiera. ¿Un debate tenso? ¡Gallinazo! ¿Una negociación complicada? ¡Gallinazo! ¿Te acusan de asesinato? ¡Gallinazo! Créeme, si Sheinbaum o cualquier otro lo intenta, va a ser imbatible, es más, ¡Gallinazo!.
Mario Bezares se subió a una mesa vecina mientras se quitaba la camisa, me impresionó tal quilombo, era un performance, cautivando a todos los presentes y salpicandonos de frijoles charros y jugo de naranja al ritmo de su particular baile mientras tarareaba.
MB: Perame aquí pinche Alberto, voy al baño... ¿Pero no te vayas a mover de ahi, eh?
Espere pero recibi una llamada, me tuve que trasladar de ahi, dando por acabada la profunda entrevista con una eminencia intelectual, un poseedor de conocimientos profundos y un ejemplo de vida para los jóvenes.
